ARTE Y VIDA

Cuando comprendí (vivi) que la vida era un viáje hacia la muerte, entendí que tenia muchas formas para desplazarme en este viaje. Busque y finalmente encontré la mas idónea para poder disfrutar del paisaje y que al mismo tiempo me permitiéra hacer paradas donde quisiera, y así tratar de entender lo que me rodeaba.
Este vehículo es el arte, estructura mega subjetiva ante la visión parametrica y unilateral de aquello que desde niños nos dan a conocer como realidad.
Como decia Gandhi » la vida no es mas que una serie interminable de experimentos» y para mi el arte no es mas que una justificación para poder hacer posibles estos experimentos.
Así pues dirijo mi mirada hacia un arte que sane como cita Jodorowsky, hacia el terrorismo poético de Hakim Bey, pero eso si, no desde el autismo del artista hermético del siglo 20 (solo para entendidos), sino hacia un nuevo tipo de artista cibermedia chaman y metamístico que vive en el arte su mas pura batalla vital ante la vida y los demás, dejando solo como obra felicidad y conciencia.
Primero llegar a ser, luego hacerme consciente de ser, más tarde utilizar el ser consciente para investigar en la estructura de la realidad. De esta investigación surgen dos caminos diametralmente opuestos. El primero del espíritu y su cortejo; metafísica, filosofía, religión, esoterismo, animismo, enteógenos (lo que no se ve y está) y el segundo de la tecnología y la ciencia (lo que se ve y no está)
En el interior de la delgada línea invisible que atraviesa los dos caminos resido. Y de esta simbiosis, metamorfosis y transmutación de opuestos surge mi modo de entender el arte, estructura poliforme y metamutante que me permite operar con alguna libertad dentro de aquellos axiomas penitenciarios sobre los que se asienta el sistema de simulación en que estamos inmersos. En pocas palabras, el arte ha sido y es para mí la única vía de escape posible que existe para aquellos que utilizamos esta realidad como laboratorio de investigación y experimentación.
A la hora de acercarme al arte contemporáneo proyecto toda mi energía hacia motivos que proporcionen y generen marcos rituales que nos ayuden al espectador y a mí a desarrollar, expandir y modificar nuestro estado de conciencia.
Por un lado espacios visionarios y objetos con una fuerte carga simbólica entremezclados con una explosión de búsqueda que apunta al infinito existencial, todo desde la óptica del ritual, de la repetición de la pregunta en un espiral sinfín ¿quién soy? ¿a dónde voy? ¿de donde vengo?

MANTRA ARTÍSTICO DE TRANSMUTACIÓN KARMICA

  • EL ARTE ES MAGIA
  • EL ARTISTA ES CHAMAN
  • TODO ARTE HA DE SER CREATIVO
  • EL ARTE ES LA PIEDRA FILOSOFAL QUE TE PERMITE COMUNICARTE CON EL CREADOR
  • TODO LO QUE IMAGINA EL ARTE PUEDE SER POSIBLE
  • EL ARTE TE DA EL PASAPORTE DIPLOMÁTICO SOCIAL QUE TE PERMITIRA CUESTIONAR LA REALIDAD Y CAMBIARLA.
  • SIN ARTE NO HAY TRANSMUTACIÓN DE LA MENTE, CUERPO Y ESPÍRITU
  • TODO ACTO ARTÍSTICO DEBE GENERAR CONCIENCIA
  • EL ARTE ES 50% INSPIRACION Y 50% EXPIRACION

Farmagia- medicina para el alma

En nuestra sociedad capitalista no existe el oficio de chamán. Lo más cercano a lo que podrías acceder es al quehacer del artista, única disciplina en nuestro sistema que no precisa pasar obligatoriamente por el filtro empirista. Tengo muchos amigos y compañeros que desarrollan estudios sobre el chamanismo, son médicos, científicos, biólogos, psicólogos…   siempre podrán escribir multitud de ensayos sobre el tema, profundos y elaborados,  pero a la hora de poner en práctica el ancestral oficio del chamán se encontrarán viciados  por el conocimiento racionalista que les impide ejercer la labor con libertad:  la experimentación y el desarrollo de ese conocimiento ancestral, el cual se encuentra constantemente desacreditado, etiquetado como movimiento newage. Así que, si pretendes desarrollar el oficio de chamán sin tapujos desde una perspectiva  aceptada socialmente, solo te queda la salida de ser artista.

Actualmente observamos la emergencia de nuevas disciplinas dentro del arte contemporáneo que permiten encubrir el trabajo chamánico bajo otros nombres, los más notables: la performance, musicoterapia y arteterapia. Examinando el trabajo artístico a través de la historia es evidente que la capacidad creativa del ser humano siempre ha estado ligada al concepto de la magia, hasta que a partir de la racionalidad cartesiana allá por el siglo XVII, en los comienzos de la modernidad, se desvincula de ésta y no vuelve a adoptar su significado original hasta el presente. El hombre primitivo pintaba en las cuevas con una finalidad mágica y ritual, pero posteriormente, con el desarrollo cultural y religioso, los sacerdotes toman el papel del chamán y aprovechándose del trabajo creativo del artista dan crédito a sus prácticas ¿Qué sería de la religión sin la música, la escultura, la pintura o la arquitectura creada por el artista? El arte no es más que el disfraz que adoptó la magia para camuflar su verdadera naturaleza. Gracias al desarrollo del arte contemporáneo actual, escindido de la religión, se redescubre su verdadero valor espiritual, haciéndose posible volver a la senda chamánica. Quedan por supuesto verdaderos escollos en este camino, no podemos olvidar que en primer lugar el arte forma parte de un mercado que mueve miles de millones fomentando la especulación, y que siempre cabrá la posibilidad de caer en la banalidad de la decoración o la hostelería (“el espectáculo”, como diría Guy Debord). Pero desde mi punto de vista, el verdadero valor del arte es la capacidad de generar un cambio de conciencia en el espectador y moverlo hacia una dimensión desconocida de su existencia.  Será éste el motor del nuevo artista-chamán, el cual a través de su trabajo, y más allá del contexto en el que se mueve el sistema (galerías, centro de arte, museos), encontrará su nueva posición como generador de un movimiento que permitirá recuperar la figura del chamán, entendido como mediador entre lo visible y lo invisible de nuestra realidad.

Desde 1996 en mi trabajo artístico vengo buscando esa vinculación entre el arte y la magia. Todos mis trabajos han llevado durante mucho tiempo la etiqueta de “tratamiento y diagnóstico artístico”, pues a través de un enfoque interdisciplinar, mezclando la música, la performance y disciplinas mánticas, he tratado de recrear la desdibujada figura del chamán, para redefinirlo en el nuevo contexto actual. En mis acciones siempre he tratado en primer lugar de restablecer con mis espectadores el vínculo perdido de la conexión con la naturaleza. Para ello, y desde hace más de una década, vengo realizando muchos de mis eventos en los solsticios y equinoccios, con el objetivo primordial, previo a la realización de la acción (ritual), de que los espectadores no solo comprendan lo que representan estos fenómenos naturales (que marcan y han marcado el curso de casi todas las religiones), sino que conquisten la experiencia misma haciéndola suya, que vuelvan a ser uno con lo que observan. Por otra parte, realizo también un trabajo más personalizado, propio  con cada individuo, en el que trato de restablecer a través de un proceso creativo, su vínculo y conexión con él mismo, mediante un redescubrimiento de las verdades universales que rigen nuestra existencia, donde todo es impermanente y está en constante cambio.  Entender que formamos parte de un todo indisoluble, que compartimos desde el aire que respiramos y el sol que nos calienta hasta el agua y el alimento que nos sustenta. Volver a ser conscientes de esos valores nos hace replantearnos nuestra relación con el medio en el que vivimos, pues considero que el desequilibro ecológico que sufre el planeta es un concepto equivocado y antropocéntrico, ya que tal desequilibrio lo sufrimos primeramente en nosotros mismos. Seguimos siendo parte de la naturaleza aunque hayamos elegido la opción de ser una célula dañina en lugar de una colaborativa que viva en armonía con ella. Gracias a las experiencias y trabajos que vengo desempeñando actualmente, he determinado nombrar a esta nueva disciplina artística en la me hallo inmerso farmagia, pues si la farmacia otorga medicina al cuerpo, la farmagia se la ofrece al alma.